Visita al convento de las comendadoras de Santiago de Madrid



De los tres conventos vigentes en la actualidad era el de Madrid el que se encontraba más próximo a nuestra ciudad. Por lo tanto, nuestra siguiente salida fue ir a conocerlo y  entrevistar a la Madre superiora del convento.
Sor María del Rosario, que es la comendadora mayor, nos espera en uno de los siete patios que tiene el convento de las Comendadoras, con la mirada perdida y muy emocionada nos cita un artículo publicado por Mabel Amado para el diario ABC, “En una de sus capillas, los              futuros Caballeros de la Orden de Santiago velaban armas toda una noche. No es extraño que una mirada serena a la sala, aun hoy en día, recree en nuestra mente la solemnidad del acto. La espada en el altar, el silencio, la oscuridad de un recinto sagrado y, al alba, el ritual de imposición de sus nuevas vestiduras -el manto blanco con la cruz roja- y el «espaldarazo».
Luego nos contó que Las Comendadoras eran una rama femenina de la Orden de Santiago a la que sólo podían acceder damas de noble cuna. Desde 1584, estas poseían en Madrid unos solares, adquiridos por el entonces presidente del Consejo de Órdenes, don Íñigo de Zapata y Cárdenas.
Tras sugerir a Felipe IV la posible fundación de un convento en esos terrenos, finalmente, en 1650, el rey se decidió a asumir el Patronato de las Comendadoras y a traer monjas de la Santa Cruz (Valladolid). Mientras se esperaba el inicio de las obras, las religiosas habitaban provisionalmente en unas casas de alquiler. Cuando muere Felipe IV, Mariana de Austria continuó con el compromiso, otorgando los bienes necesarios para el inicio de las obras.
Éstas se encomendaron a los hermanos Manuel y José del Olmo, quienes realizaron un edificio que respondía a las necesidades propias del ceremonial de la orden. Además, como reconocen desde la Dirección General de Patrimonio Histórico, la planta central de la iglesia -de cruz griega-también estaría relacionada con la idea de la gran cúpula del tempo de Jerusalén, mitificada por las órdenes militares. Ya en 1774, Carlos II encarga a Francisco de Sabatini la construcción de un nuevo edificio destinado a convento, que ordene y complete la totalidad de la manzana.
Finalmente Sor María del Rosario nos dijo que  actualmente entre las grandes obras caritativas realizadas, está el espíritu misionero y la labor educativa a la enseñanza de la Educación Infantil, que tiene como característica hacer un servicio a los niños del barrio y sus contornos en todas las clases sociales. El monasterio deteriorado por los años, ha comenzado a renovarse.



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