Repoblación de Salamanca
En el 1085 tras la conquista de Toledo por parte del rey
leones Alfonso VI, todo el territorio que comprendía desde Atienza y Medinaceli
hasta Toledo, y desde esta última hasta Plasencia y Coria quedó bastante
seguro. De esta forma Salamanca quedaba situada en una zona de difícil invasión.
Gracias a esta conquista la fama del monarca transcendió más allá de los
Pirineos y esto produjo la entrada de numerosos aventureros franceses
acompañados de nobles. Un ejemplo de todo ello don Raimundo de Borgoña.
Raimundo acompañó al rey en numerosas contiendas contra los
árabes, por lo que obtuvo el poder de numerosos pueblos conquistados y obtuvo
la mano de doña Urraca, hija de Alfonso VI, consiguiendo como dote el condado
de Galicia.
Al finalizar el siglo XI el rey encomendó a Raimundo la
terea de repoblar una serie de ciudades, entre las que se encontraba Salamanca.
Don Raimundo y doña Urraca acompañados de un grupo de pobladores, llegaron a
nuestra ciudad en 1101 y realizaron una reconstrucción de la ciudad tomando
como ejemplo otras colonizaciones que se habían hecho en Segovia y Ávila. La repartición
de las tierras se supone que la hizo el propio Raimundo, ya que se mantuvo en
el recuerdo mediante el Fuero de Salamanca.
Lo primero que se realizó en la ciudad fue la construcción
de la muralla con sus diferentes puertas, para la cual se aprovecharon restos
de fortificaciones anteriores. Muy pronto en el año 1147 existió la necesidad
de ampliar el perímetro de la muralla para albergar los arrabales donde se habían
instalado numerosas personas, ante la imposibilidad de hacerlo en la ciudad
vieja por falta de espacio. Con esta segunda ampliación quedaría constituida
definitivamente la ciudad de Salamanca.
En el siglo XII y sobretodo en el primer tercio del siglo
XIII la ciudad ganó en importancia y experimentó un gran auge potenciado por la
situación estratégica, el establecimiento de organismos importantes tales como el concejo,
la catedral, las órdenes militares y religiosas, y por supuesto la fundación de
la Universidad. A esto debemos añadir, el asentamiento de nobles y caballeros
con fortuna, que propiciaron un mayor movimiento económico y una nueva
repoblación promovida por el monarca Alfonso X.
En esta última repoblación los mayores beneficiados fueron
las órdenes militares y el clero, que fueron los encargados de aumentar la
población en el espacio que comprendía desde la puerta del río hasta las
puertas de Toro y Zamora.
Este fue el caso de la puebla de
Sancti Spíritus que fue entregada a la Orden de Santiago en 1223 por parte del
rey Alfonso IX, convirtiéndose posteriormente este señorío en el núcleo
principal del monasterio de Sancti Spíritus
Comentarios
Publicar un comentario