Informe del tutor
Durante los últimos años, he desarrollado en mis clases una
nueva metodología de trabajo, “Salimos del Aula”, con la que se pretende
superar lo meramente teórico y animar a los estudiantes a ser creativos y
originales, buscando que disfruten aprendiendo fuera del aula, que sean capaces
de trabajar en grupo y adquirir las habilidades sociales imprescindibles en un
mundo competitivo donde no solo importa lo académico.
El ser humano es capaz de tener un aprendizaje continuo pero
no se aprovecha esta capacidad. Así, en la educación por repetición de un texto
o resolución continuada de problemas similares, no hay margen para la
creatividad y la improvisación o para desarrollar las actitudes necesarias para
encontrar caminos alternativos. El alumno se dedica a aplicar una fórmula y
memorizar conceptos que una vez realizado el examen habrá olvidado en un
tiempo. Tanto a los padres como a los propios alumnos, e incluso, a veces, a
los mismos profesores nos cuesta aprender y enseñar de una forma distinta y
poner en práctica fuera, lo aprendido dentro los muros del colegio.
Cuando recibí un email con la posibilidad de participar en
EUSTORY 2018, no lo dudé ni un instante ya que me permitía no solo la
posibilidad de iniciar a los alumnos en el mundo de la investigación sino
también, poner en práctica esta metodología de enseñanza.
Con este proyecto podría por un lado, enseñar a los chicos
la importancia de saber trabajar en grupo y alcanzar las metas comunes,
aprender a compartir situaciones de convivencia diaria, hablar de intereses
comunes y aunar estrategias.
Por otro lado, me permitía ampliar lo visto en clase y
reflexionar con los jóvenes sobre lo que significa y representa el patrimonio
cultural de un país. El patrimonio cultural une a todos a través de su historia
y sus valores comunes. No sólo es un valor del pasado, también nos ayuda a
crear nuestro futuro y encontrar caminos comunes. El patrimonio cultural
favorece el intercambio y el diálogo intercultural entre los pueblos; nos ayuda
a entendernos y representa la riqueza y la diversidad de nuestros pueblos. Es
fundamental que nuestros jóvenes sepan que el patrimonio cultural no solo se
encuentra en la literatura, el arte y los objetos, sino que también está
presente en los oficios que aprendemos de nuestros antepasados, las historias
que contamos a nuestros hijos, los alimentos que consumimos, los libros, el
teatro, la música, la danza y las películas que vemos.
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